Mejorar tu funcionamiento mental o físico, te hace pensar que estas en una etapa adulta, pero la edad es sólo un número, pero ¿alguna vez se ha sentido años más allá de su edad cronológica debido al estrés? Enfrentarse a preocupaciones crónicas puede hacer que experimente un importante deterioro cognitivo.
Por ejemplo, cometer repetidos errores en el trabajo, olvidarse de fechas o detalles importantes y encontrarse con dificultades para seguir el ritmo de las tareas que antes eran algo natural para ti.
Mejorar tu funcionamiento junto al horario de sueño
El sueño es posiblemente el factor más infravalorado de la buena salud psicológica. Cuando duerme, tu cuerpo se recupera, combate las enfermedades, repara los músculos y refresca su cerebro.
Las horas que pasa durmiendo cada noche influyen en la agudeza mental del día siguiente; desde sentirse con más energía hasta mejorar la memoria, el sueño y la cognición van de la mano.
La mala calidad del sueño y la falta de descanso pueden provocar pérdida de memoria, reducción de la capacidad para resolver problemas, falta de atención y de concentración, entre otras cosas.
Si tiene problemas con su patrón de sueño, considera la posibilidad de eliminar la cafeína al menos ocho horas antes de acostarse, o apague el teléfono y evite cualquier dispositivo electrónico al menos una hora antes de dormir.
Aprende a gestionar las relaciones negativas
Las personas que forman parte de tu vida desempeñan un papel muy importante en la forma en que te sientes con respecto a ti mismo.
Si te encuentras rodeado de relaciones negativas y tóxicas, estas emociones negativas pueden empezar a contagiarte, causando agotamiento emocional.
Aunque no es posible simplemente dejar de hablar con un jefe, compañero de trabajo, pariente o amigo difícil, hay formas de gestionar estas relaciones con estrategias de comunicación que pueden hacer más fácil el trato con ellos.
Establezca límites personales
Los límites no se refieren únicamente a lo que permites a otras personas; los límites también te ayudan a tomar mejores decisiones para ti mismo.
Si decides que los fines de semana son para relajarte y no para trabajar, eso significa evitar las llamadas telefónicas relacionadas con el trabajo y revisar tus correos electrónicos, por mucho que tu cerebro te diga que necesitas hacer más. Los nuevos hábitos comienzan con pequeños pasos que se hacen más fáciles de implementar con el tiempo.
Controla tus finanzas
Los problemas de dinero pueden conducir a un estrés crónico y, como resultado, a un peor funcionamiento cognitivo. La preocupación por las finanzas puede apoderarse de tu vida personal y laboral, afectando a su motivación y ambición. Si estos sentimientos le resultan familiares, es importante tomar medidas positivas para recuperar el control de sus finanzas.
Ten el valor de pedir ayuda
Por último, pero no por ello menos importante, trate de no permitirse luchar más allá de sus capacidades. Hay una diferencia entre superar un reto y sufrir en silencio.
Si se ve incapaz de mejorar tu cognición y bienestar psicológico por sí solo, acuda a alguien de su confianza o a un profesional, como su médico o un terapeuta.
El viaje hacia una buena salud mental
El cerebro del adulto no está atrapado en un estado permanente. Puede cambiar, evolucionar y expandirse, construyendo nuevas vías y recabando para ayudarnos a seguir mejorando y a rendir más.
Recuerda que la salud mental es un viaje que dura toda la vida, por lo que es importante que te revises a ti mismo con regularidad.
Nuestra fisiología tiene un impacto directo en nuestra mentalidad psicológica; cuidar de cosas que parecen no estar relacionadas con tu mente puede tener en realidad el mayor impacto en su rendimiento.