Cada vez es más común escuchar sobre la importancia de proteger nuestra piel de los rayos solares, sin embargo, ¿por qué es tan importante?
¿Cómo elegir el protector solar adecuado?
No todos los protectores solares son iguales, ni todos son adecuados para todas las pieles y situaciones. Por eso, es importante conocer algunos detalles antes de elegir el protector solar adecuado para ti:
Tipo de piel
Las pieles más sensibles y claras suelen requerir una protección más alta, mientras que las pieles más oscuras pueden necesitar una protección menor. Asimismo, cada tipo de piel tiene diferentes necesidades, por eso existen protectores solares específicos para pieles grasas, secas, acneicas, etc.
Factor de protección solar (FPS)
El FPS indica el nivel de protección que ofrece el protector solar frente a los rayos UVB, que son los responsables de las quemaduras solares. Por ejemplo, un FPS 30 significa que tardarás 30 veces más en quemarte que sin protección. Lo recomendado es usar protectores solares con un FPS entre 30 y 50.
Textura y acabado
Es importante elegir un protector solar con una textura y acabado adecuados para tu piel y la actividad que realizarás. Por ejemplo, si tienes piel grasa, es recomendable optar por un protector solar en gel o spray, mientras que si tienes piel seca, es mejor uno en crema o loción.
¿Cómo aplicar el protector solar correctamente?
No basta con elegir el protector solar adecuado, es fundamental aplicarlo de manera correcta para obtener una protección óptima. Aquí algunos consejos:
Cantidad
La cantidad de protector solar que aplicamos es esencial para que realmente nos proteja. Lo recomendado es aplicar una cantidad equivalente a una cucharada de café para el rostro y cuello, y una cantidad mayor para el resto del cuerpo.
Frecuencia
No es suficiente aplicar protector solar una sola vez al día. Es necesario renovar su aplicación cada dos horas, y también después de sudar o mojarnos.
Partes específicas
Hay partes del cuerpo que solemos olvidar en la aplicación del protector solar, como las orejas, los labios, la planta de los pies y las manos. Es importante asegurarnos de proteger todas estas partes para evitar quemaduras y manchas.
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