Durante milenios los tatuajes han hecho de huella generacional, marcas para reconocerse entre pares y simbolizar modos de vida. Hoy en día, el realismo, movimiento artístico que se generó en el siglo XIX, ha impactado fuertemente el arte del tatuaje.
Los tatuajes decoran la piel de las personas desde hace miles de años. Distintas tribus y comunidades indígenas hicieron de esto una huella ancestral, que con el tiempo empezó a tomar distintas connotaciones. Sin embargo, nunca dejó de ser lo que era entonces: una marca, una forma de identificarse entre iguales, y una obra de arte implantada en la piel.
Qué son los tatuajes realistas
Tatuajes hay de todo tipo y color, del mismo modo que en el arte existen formatos, géneros, instrumentos y movimientos o corrientes de pensamiento. Los tatuajes también se han utilizado a lo largo de los siglos con el objetivo de dar a conocer cosas sobre personas o grupos sociales, y si bien la instrumentación puede haber cambiado, su propósito no lo ha hecho. Hace muchos años, los tatuajes se realizaban con las herramientas punzantes que las comunidades pudieran tener a su alcance.
En algunas ocasiones, dependiendo el status o la procedencia, había ciertas personas destinadas a recrear algún aspecto de la realidad en la piel de otras: marcas o formas decoraban los cuerpos de guerreros, sanadores o campesinos. Con el transcurrir del tiempo, algunos instrumentos fueron cambiando a la par de la evolución de las tecnologías. Las agujas empezaron a implementarse como medio para hacerlos, en conjunto con la tinta china, para luego pasar a la máquina y a la tinta especial, negra o de colores.
Hoy en día, podríamos decir que los tatuajes realistas en Valencia son un arte particular. Este tipo de implantación en la piel busca recrear de manera vívida objetos, rostros o figuras, y dependiendo de las habilidades de cada tatuador, pueden llegar incluso a parecer fotografías en la piel, según el uso de las luces y las sombras. Como se realiza en el dibujo, para hacer un tatuaje realista es necesario un ojo observador que sea capaz de captar las sombras, poder difuminar correctamente con sus instrumentos, identificar las formas de un cuerpo o una figura según su movimiento.
Se trata de una de las formas de arte corporal más atractivas y aplaudidas entre los adeptos. Los tatuajes de rostros en conmemoración de seres queridos son algunos de los más solicitados por aquellos que quieren eternizar una foto o un momento. Las palabras son también muy solicitadas. El llamado lettering, que tan popular se ha vuelto con el journaling y el diseño gráfico, también se trabaja en tatuajes y el resultado es de lo más llamativo, dejando un recuerdo inolvidable implantado para siempre en la piel de quien lo pide.
La exigencia a la orden del día
Claro está que, para que un tatuaje sea efectivamente realista, es necesario conocer el estilo en profundidad y haberlo estudiado con mucha preparación. Hay quienes tienen la facilidad de hacerlo de manera rápida, mientras que para otros lleva más tiempo, pero en un estudio de tatuajes realistas los tatuadores siempre estarán a la altura de las circunstancias, ya que se trata de expertos en el tema.
Estos tatuadores poseen una mirada excepcional que les permite replicar de forma exacta cualquier tipo de figura en la piel de una persona. Pero para llegar a esta instancia, el estudio, la exigencia y el compromiso deben estar a la orden del día. Observar a las personas y al entorno es una de las cosas más importantes para quien quiera dedicarse a esto; saber reconocer cómo las luces influyen en una forma, en un movimiento, cómo un sombreado puede modificar enteramente un gesto o cómo una línea fina puede determinar el resultado al dibujar una letra o una serie de letras.
Es un estilo cuya procedencia se remonta al siglo XIX, cuando los artistas empezaron a separarse de las ideas del romanticismo para obtener de la realidad una mirada objetiva, y sucedió simultáneamente a la evolución de las máquinas con la Revolución Industrial. Gustave Flaubert u Honoré Balzac fueron algunos de los referentes de este estilo, que recreaban en sus obras imágenes de la vida cotidiana con una precisión exacta. A día de hoy, el realismo en el tatuaje se ha convertido en un estilo de lo más aclamado, una verdadera evolución tanto en términos tecnológicos como artísticos, y una forma de recordar y homenajear de manera eterna e indeleble.