Cuando preguntamos los requisitos para pedir un préstamo o tramitar una tarjeta de crédito, siempre escuchamos la frase “contar con historial crediticio”. Si no estás familiarizado con este término y desconoces por qué es tan importante no sólo para los bancos, sino para tus finanzas, ¡sigue leyendo!
¿Qué es el historial crediticio?
Es el registro de tus actividades financieras, específicamente de tu comportamiento de pago al solicitar créditos o préstamos. Cuando un banco presta dinero a una persona, registra y evalúa distintos factores: si es el primer crédito que solicita o ya ha tenido uno, si es puntual en sus pagos, si da el pago mínimo o no, etc.
Tomando en cuenta estos factores, los bancos van generando el historial crediticio y dándole una calificación positiva o negativa.
¿Por qué es importante?
Cuando llegas con una solicitud de préstamo, los bancos te piden autorización para consultar tu historial crediticio.
Si tu calificación es positiva hay más probabilidades de que los bancos te autoricen créditos o préstamos, incluso ofreciéndote más y mejores productos. En cambio, si tu calificación es negativa, puede que el banco decida darte un monto mínimo o sencillamente negar el préstamo porque hay un riesgo alto de que no devuelvas el dinero.
¿Dónde puedo consultar mi historial crediticio?
Puedes revisarlo fácilmente desde los sitios web de Buró de Crédito o Círculo de Crédito.
Tienes una consulta gratuita de forma anual y, para validar tu identidad, te pedirán:
- Identificación oficial vigente
- Pasar un filtro de reconocimiento facial
- Número de tarjeta de crédito o número de crédito otorgado (aplica sólo si has tenido uno en los últimos 6 años)
Esto también es una buena oportunidad para confirmar que reconozcas todos los movimientos y no hayan solicitado algún préstamo o crédito a tu nombre sin tu consentimiento.
¿Puedo limpiar mi historial crediticio?
Si no tienes una buena puntuación, mantén la calma pues aún es posible mejorar tu historial. Algunas acciones para limpiar tu historial crediticio son:
- Ponerte al corriente con los pagos que debes.
- Comunicarte con el banco para llegar a un acuerdo y reestructurar tu deuda. Sólo procura respetar este nuevo acuerdo para no dañar tus finanzas ni tu historial.
- Solicitar una Quita; esta es la petición formal para que la deuda sea rebajada y sólo tengas que pagar una parte.
- Consultar regularmente tu historial de crédito para corroborar que no estés siendo víctima de suplantación de identidad.
- Sólo solicitar los créditos que realmente te interesan para evitar que los bancos consideren que puedes caer en el sobreendeudamiento.
- Monitorear los movimientos de tus tarjetas de crédito para levantar aclaraciones inmediatas en cargos no reconocidos.
- Incrementar tu línea de crédito y mantenerte al corriente con tus pagos. Si tienes un límite de 15 mil pesos y gastas 10 mil, parecerá que tienes una deuda casi completa de tu tarjeta, mientras que usar 10 mil dentro de un límite de 30 mil cambia la percepción.
Si todavía no cuentas con uno, ¿qué esperas para empezar a hacer tu historial crediticio?