Aunque hay una gran cantidad de dietas, píldoras y programas de sustitución de comidas que dicen ayudar a perder peso rápidamente, la mayoría de ellos carecen de respaldo científico. Sin embargo, existen algunas técnicas de pérdida de peso validadas científicamente. El ejercicio, el control del consumo de calorías, el ayuno intermitente y la reducción del consumo de carbohidratos son algunas de estas medidas. En este artículo, verás las mejores estrategias para perder peso.
Métodos de pérdida de peso respaldados por la ciencia
Realizar dieta para bajar de peso es una actividad que debe estar respaldada por profesionales, de lo contrario, puede ocasionar resultados no favorables. Estos son los siguientes son algunos métodos para perder peso respaldado por la evidencia científica:
Experimente con el ayuno intermitente
El ayuno intermitente es un tipo de alimentación que consiste en hacer ayunos regulares de corta duración y comer comidas más pequeñas a lo largo del día. Se ha demostrado que el ayuno intermitente de corta duración, que puede durar hasta 24 semanas, ayuda a las personas con sobrepeso a perder peso.
Mantener un registro de la dieta y el ejercicio
Si alguien quiere reducir peso, debe llevar un registro de lo que come y bebe a diario. El método más eficaz para conseguirlo es anotar todo lo que comen en un diario o en un rastreador de comidas online.
Alimentación consciente
Las personas que practican la alimentación consciente prestan atención a cómo y dónde comen. Este método puede ayudar a las personas a disfrutar de su comida sin dejar de mantener un peso saludable.
Empezar el día con un desayuno rico en proteínas
Las proteínas pueden ayudar a las personas a sentirse llenas regulando las hormonas del apetito. Esto se debe principalmente a la disminución de la grelina, la hormona del hambre, y al aumento del péptido YY, el GLP-1 y la colecistoquinina, las hormonas de la saciedad.
Reducir el consumo de azúcar y carbohidratos procesados
Incluso cuando el azúcar se encuentra en las bebidas y no en los alimentos, la dieta occidental es cada vez más rica en azúcares añadidos, lo que está claramente relacionado con la obesidad. Los carbohidratos refinados son alimentos que han sido severamente procesados y despojados de fibra y otros nutrientes. El arroz blanco, el pan y la pasta son ejemplos. Estos alimentos son fáciles de digerir y se convierten rápidamente en glucosa.
Errores al realizar dieta
La reducción de peso es una industria rentable, y nos bombardean continuamente con promesas de soluciones rápidas que deseamos creer. Expertos estiman que la gran mayoría de las personas gastan una gran cantidad de dinero al año en intentar perder peso. Hay varias trampas típicas que hay que evitar antes de vaciar la cartera al realizar dieta para adelgazar.
Creer que hay una forma rápida de perder kilos
Tomar decisiones saludables implica dedicación, atención y compromiso, aunque a veces sea la alternativa menos conveniente o placentera. El extracto de té verde, por ejemplo, está disponible sin receta médica, pero viene con su propio conjunto de peligros y efectos secundarios para la reducción de peso.
Crees que todos los carbohidratos son poco saludables para ti
Las dietas bajas en carbohidratos no tienen ninguna ventaja sobre las dietas tradicionales bien equilibradas, y la restricción de carbohidratos a largo plazo puede tener efectos secundarios peligrosos.
Creer que los alimentos «bajos en grasa» o «sin grasa» tienen menos calorías
A menudo, estas opciones implican una reducción de la grasa corporal. No implican una reducción de calorías. Para compensar la falta de grasa, los fabricantes añaden azúcar para que el producto tenga el mejor sabor posible.
Creer que comer sano es más caro
Aunque comer sano puede parecer más caro, hay que tener en cuenta varios aspectos. Aunque puede ser más barato y sencillo coger una hamburguesa y unas patatas fritas en un local de comida rápida del barrio, invertir en tu salud puede ahorrarte dinero a largo plazo.
No comes
Puede creer que saltarse una comida significa consumir menos calorías, pero saltarse comidas puede llevarle a comer mayores cantidades más tarde en el día. Los que desayunan pesan menos que los que se saltan la primera comida del día, según una investigación.