La rehabilitación de una fachada se puede deber a diversos tipos de daños estructurales, así como por problemas relacionados con la humedad o la falta de aislamiento. Son muchos los motivos y por ello se recomienda solicitar ayuda profesional para elegir el tratamiento más adecuado. Estos son proyectos que pueden tener distintos objetivos como mejorar la imagen del inmueble o prolongar su vida útil.
La rehabilitación de fachadas no solo contribuye a mejorar la estética, sino que también prolonga el buen estado de una construcción. Además, actualmente estos son proyectos que están enfocados en la disminución del consumo energético, ya que se solucionan problemas relacionados con el aislamiento. También es la razón por la cual se han desarrollado diferentes sistemas y técnicas para la ejecución de estos trabajos de rehabilitación, que se adaptan a las necesidades de cada inmueble.
Los tipos de rehabilitación de fachadas enfocados en soluciones estéticas
Hay distintos tipos de rehabilitación de fachadas, los cuales se clasifican teniendo en cuenta cuáles son los materiales y las técnicas a emplear. A continuación se hace mención de cuáles son los más empleados en la actualidad:
- Las rehabilitaciones a base de cemento y pintura son las más tradicionales y sencillas desde el punto de vista técnico y de mano de obra. Además, resultan ser los más económicos y cuya ejecución no exige más de varios días o semanas. Sin embargo, sus efectos son menos duraderos y se considera que es meramente un trabajo estético. También hay que tener en cuenta que el trabajo de pintado se debe hacer periódicamente o cada ciertos años.
- Las rehabilitaciones con enfoscado de cemento monocapa son rápidas y económicas. Poseen la ventaja de que se pueden lograr diferentes acabados y aplicar distintos colores. La mezcla se compone de cemento, áridos y diversos tipos de fibras para añadir varios milímetros de espesor a la capa. También hay que destacar que posee cualidades impermeables y transpirables.
Estas son las técnicas que generalmente se eligen para resolver problemas relacionados con la mampostería. Por ejemplo, hay casos en donde hay infiltraciones de humedad en las paredes y también hay corrosión de metales dentro de las estructuras. Por ello, estos tipos de rehabilitaciones para fachadas corrigen la eflorescencia o presencia de residuos dentro del material de mampostería.
Ya son varias las ciudades que cuentan con ordenanzas que exigen realizar inspecciones periódicas, para así evaluar si es necesario realizar algún tipo de rehabilitación. Es por ello que, con la intención de cumplir con estas legislaciones legales, ya son varias las empresas que ofrecen un excelente servicio de rehabilitación de fachadas en Cantabria. Además, es importante dejar a cargo a profesionales que puedan evaluar correctamente el estado de una edificación.
Los tipos de rehabilitación de fachadas enfocados en el ahorro energético y aislamiento
Por otra parte, hay otras técnicas enfocadas en el ahorro energético, que se consideran son más innovadoras. A su vez, no precisan de grandes procesos de mantenimiento y permiten lograr un efectivo tratamiento de aislamiento térmico y acústico. Por ello, antes de su aplicación se analiza cuál es el alcance en la mejora de la eficiencia en la edificación. A continuación se describen cuáles son:
- Fachadas ventiladas. Se aplica una capa interior de material aislante y en la parte exterior (sobre la fachada) otro material de aislante acústico o térmico. El diseño y distribución de estas hojas aislantes se hace en función de posibilitar una mejor circulación del aire, por lo cual hay cámaras que también contribuyen a una mejora en la climatización interior del edificio. Es una inversión mucho más alta, pero a largo plazo ofrece grandes beneficios energéticos y económicos.
- Sistema de fachadas SATE. El Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior es un tipo de revestimiento a base de planchas, cuya distribución favorece el aislamiento térmico y acústico. Generalmente, dichas planchas son de poliestireno o también de lana mineral, las cuales se adhieren a la pared mediante la utilización de un tipo de adhesivo específico. Posee la ventaja de que es fácilmente adaptable y tiene una duración de hasta 50 años.