¿Qué es dormir mal? Pregunta a casi cualquier persona sobre la calidad de su sueño y es probable que obtenga una respuesta negativa. Los problemas de sueño son algo con lo que la mayoría de la gente se enfrenta en un momento u otro; de hecho, se calcula que alrededor del 50% de los adultos sufre ataques ocasionales de insomnio al dormir mal, mientras que uno de cada 10 padece insomnio crónico.
Los problemas para conciliar el sueño, permanecer dormido o despertarse demasiado pronto pueden afectar a todo, desde el estado de ánimo hasta la concentración y las funciones motoras, e incluso se han relacionado con problemas de salud más graves, como la hipertensión, la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.
Es bueno saber que el dormir mal, no esté solo relacionado con una mala higiene del sueño, si no tambien evaluar otras posibilidades, como la de tener un mal colchón, mala posiciones al dormir o lo mas común, una mala dieta que produce pesadez a la hora de irnos a la cama.
En el caso de las personas con problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y el abuso de drogas y alcohol, los problemas de sueño pueden agravar su estado y causar importantes contratiempos en el mantenimiento de la salud mental. Algunos estudios han llegado a relacionar la falta de sueño como un indicador de futuros episodios depresivos para quienes padecen depresión o trastorno bipolar.
Todo ello para decir que dormir bien y con la mejor calidad es imprescindible para mantenerse mental y físicamente sano. Hablamos con expertos especializados en la intersección de los trastornos del sueño y la psiquiatría para saber cómo afecta el sueño al cerebro, qué significa eso para quienes tienen problemas de salud mental y qué terapias y tácticas pueden utilizarse para ayudar a mantener sus ritmos circadianos funcionando a niveles de máximo rendimiento.
¿Cómo sé si estoy durmiendo lo suficiente?
La cantidad de sueño que el cuerpo necesita para funcionar de forma óptima varía según la edad, ya que los niños y los adolescentes necesitan entre nueve y 12 horas, mientras que los adultos sólo necesitan entre siete y nueve. La mayoría de los expertos coinciden en que menos de seis horas por noche no es saludable y puede aumentar el riesgo de sufrir los problemas de salud mencionados anteriormente.
¿Qué efectos tiene la falta de sueño en el cerebro?
Aunque no dormir lo suficiente puede provocar problemas ocasionales como la falta de concentración o la sensación de cansancio, para quienes padecen insomnio crónico los efectos son más pronunciados. Aunque mucha gente cree que tiene insomnio, para que se lo diagnostiquen, es necesario que lo evalúe un experto en sueño.
El diagnóstico de insomnio suele consistir en una (o más) de las tres quejas específicas; dificultad para conciliar el sueño, dificultad para permanecer dormido y despertarse demasiado pronto, al menos tres veces por semana en el transcurso de tres meses.
Las consecuencias diurnas del insomnio varían de una persona a otra, pero normalmente se han reportado como sensación de fatiga, dificultad para controlar sus emociones, problemas de memoria, falta de concentración y períodos de depresión.
¿Cómo afecta a las personas con enfermedades mentales?
La mayoría de los trastornos del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) tienen como una de sus características principales la interrupción del sueño, lo que plantea la pregunta de si es un síntoma de todos estos trastornos o si existe algún mecanismo en el que el sueño contribuye o empeora estos problemas.
La investigación actual no permite a los médicos decir que el insomnio causa esos trastornos, sino que hay una «asociación». La única excepción a ese proceso de pensamiento es la relación entre el sueño y la depresión, pero más adelante hablaremos de esa idea.
Una de las crueles ironías del sueño y las enfermedades mentales es que, en el caso de algunos trastornos, como la ansiedad y el TEPT, la falta de sueño es un síntoma de la enfermedad, lo que significa que no se está durmiendo debido a la enfermedad, lo que a su vez sólo va a exacerbar la gravedad del trastorno en su conjunto. Además, muchos de los medicamentos que se recetan para ayudar a controlar los síntomas de estos problemas de salud mental pueden alterar el sueño.