El email marketing se ha convertido en una de las estrategias comunicativas más importantes en el panorama empresarial. No es para menos: se trata de una vía de contacto directo con posibles clientes para recordarles todos los productos de los que disponemos y los servicios que brindamos. Sin embargo, a la hora de hacer una propuesta comercial se antoja de vital importancia llevar a cabo ciertas acciones estratégicamente diseñadas. No todo vale y si queremos generar el impacto esperado debemos seguir las pautas más efectivas en este sector. Unos pasos que podemos dar con firmeza siempre y cuando nos asesoremos con los mejores expertos.
Las apariencias importan más de lo que crees
Dicen que importa más el contenido que la forma y esto es posible que sea real. No obstante, no significa que las apariencias sean irrelevantes: todo lo contrario. Una propuesta comercial debe resultar atractiva desde el primer momento y esto se puede lograr con el envío de un sencillo email. En consecuencia, te animamos a que pongas una atención especial tanto al asunto como al diseño visual. De este modo, tu tasa de aperturas crecerá notablemente para así derivar en el incremento de las ventas que esperas.
Empecemos por el asunto, ese título con el que definimos el correo electrónico en cuestión. Estamos ante la primera impresión que se va a llevar de nosotros el cliente y que sirve para incentivar su curiosidad de cara a la consecuente apertura del email. Si no es impactante, es muy probable que lo borre o lo envíe a Spam sin tan siquiera hacer clic en él. Cuando más creativo seas, mejor; siendo los de catálogo, los de propuesta y los de descuento los más populares.
En cuanto al diseño visual, te animamos a que crees tu propia plantilla en aras de otorgar cierta uniformidad a tus campañas de mailing. Ahora bien, recuerda que lo poco gusta y lo mucho cansa, por lo que no satures el correo con elementos cargantes que dificulten su lectura. Hay que ponérselo fácil a los lectores, ya que no suelen perder tiempo en averiguar qué estás queriendo decir. Apuesta por la claridad, la sencillez y la facilidad de comprensión, pero siempre con ciertos parámetros de cuidado estético. De este modo, irás a la efectividad y también te lograrás diferenciar de la competencia. Una forma de construir tu imagen de marca para que los receptores del email sepan en un abrir y cerrar de ojos quién eres y qué les quieres contar.
Contenido eficiente y de calidad
Pasemos ahora al contenido, el cual va a ser determinante en su decisión final de compra. En este punto, destaca la introducción y el contexto del correo. A no ser que lleves tiempo sin enviar un email, no pierdas palabras en explicar quién eres y a qué te dedicas: se supone que ya lo saben. Para la redacción, lo mejor es plantear ciertas preguntas, como qué quieres del receptor y qué beneficio le vas a aportar, Con esto en mente, redacta la información de mayor importancia y los pasos que debe dar en cada caso (llamada a la acción). Todo ello aplicando ciertos parámetros de cordialidad, pero sin excederse.
Esto nos lleva a hablar del último punto de una propuesta comercial: el call to action o llamada a la acción. Nunca termines el correo de forma abierta, es importante que incites al lector a llevar a cabo algún tipo de labor. Esto se conoce como generar micro-conversiones que, sin necesariamente ser una venta, sí van a hacer que el cliente haga algo contigo. Quizás pedir una cita, puede que visitar una web, tal vez acudir a un evento… ¡Échale imaginación a la campaña! Eso sí, nunca pidas más de lo que puedes dar y viceversa. Que todo se quede en su justa medida.
Así pues, estas son las claves que van a hacer que tu propuesta comercial tenga buenos resultados. El potencial del email marketing es sustancial, por lo que se antoja de vital importancia que sepas cómo encaminar la redacción y resolución final del correo. Todo ello sin olvidar el apartado visual, que será el detonante de que todo lo demás tenga efecto.