En el mundo del email marketing, las métricas son básicas para medir el éxito de cualquier campaña. Dos de las métricas más comunes y debatidas son la tasa de apertura y la tasa de clic. Mientras que ambas proporcionan información valiosa sobre el rendimiento de un correo electrónico, se generan diferentes tipos de insights y tienen distintos efectos sobre la efectividad global de las estrategias. Es crucial entender qué mide cada una y cómo influencian las decisiones dentro de una campaña de marketing digital.
¿Qué es la tasa de apertura y qué mide?
La tasa de apertura es una de las métricas más intuitivas de medir. Básicamente, se calcula observando cuántas personas abren tu correo electrónico en relación con el número total de correos enviados. Si bien este indicador ofrece una idea inicial sobre el nivel de interés que genera tu mensaje, no es tan profundo como podría parecer.
Lo anterior se da debido a que depende de factores como el asunto del correo, la relevancia del remitente y el momento de envío, influyendo directamente en la primera interacción con tu público. Sin embargo, ten en cuenta que una tasa de apertura alta no necesariamente implica que tu campaña esté logrando sus objetivos.
Muchas veces, una línea de asunto llamativa eleva las aperturas sin que se logre una conversión real. En términos sencillos, es engañosa si no va acompañada de métricas más detalladas, como la tasa de clic.
La tasa de clic: un Indicador más profundo de compromiso
Por otro lado, la tasa de clic mide el porcentaje de personas que hacen clic en un enlace dentro del correo electrónico. Esta métrica es elemental, ya que indica un compromiso más directo con el contenido del mensaje y es visto como una medida de conversión temprana.
Si el objetivo de la campaña es generar tráfico a un sitio web, que los usuarios descarguen un recurso o que completen una acción específica, la tasa de clic es un indicador mucho más preciso de cuán efectiva está siendo tu estrategia.
Aunque tener una tasa de clic alta es una señal positiva, es preciso recordar que el contenido debe estar bien estructurado y ser claro. De nada sirve tener un alto número de clics si los usuarios no toman la acción deseada al llegar a la página de destino. El éxito está en cómo se traduce en resultados más allá de la interacción inicial.
Comparación: tasa de apertura vs. tasa de clic
Ambas métricas tienen ventajas en la medición de la efectividad de una campaña, pero su importancia puede variar según el objetivo final. Si tu intención es simplemente generar conocimiento o interés, una tasa de apertura alta puede ser un buen indicador. Sin embargo, si lo que buscas es convertir a los suscriptores en clientes o que realicen una acción concreta, la tasa de clic es probablemente la métrica más relevante.
¿Cómo mejorar ambas métricas?
Para mejorar la tasa de apertura, lo necesario es crear líneas de asunto que sean atractivas y que generen curiosidad, sin ser demasiado sensacionalistas. Asimismo, segmentar correctamente tu lista de correos te asegura que el mensaje llegue a las personas adecuadas para aumentar la probabilidad de que abran el correo.
En cuanto a la tasa de clic, es clave que el contenido dentro del correo sea significativo y valioso. Los llamados a la acción (CTA) deben ser claros, atractivos y estar estratégicamente ubicados. También es valioso que los enlaces lleven a páginas de destino optimizadas que ofrezcan una experiencia de usuario fluida y directa.