El yoga aparta suavemente la atención de nuestras «mentes de mono» hiperactivas y llevarla al cuerpo físico puede ser muy útil para aportar una sensación de calma y alivio y permitir a los que padecen estas afecciones sortear mejor los retos a los que se enfrentan durante los periodos de ansiedad y depresión.
Hay ciertas asanas que son especialmente beneficiosas para calmar un sistema nervioso agitado. Al abrir nuestros nadis (o canales de energía) pueden hacernos sentir rejuvenecidos y positivos y mostrarnos algo de luz en medio de la oscuridad de estas afecciones.
El yoga ayuda a calmar la ansiedad y la depresión a múltiples niveles: al estimular la respuesta de relajación, las hormonas del estrés del cuerpo -como el cortisol y la adrenalina- se reducen y empezamos a sentirnos más tranquilos y positivos. Además, la física de las asanas libera endorfinas, hormonas naturales del cuerpo que crean una sensación de bienestar.
Incluso unos simples ejercicios de pranayama pueden calmarnos, al centrarnos en la respiración y el cuerpo físico y también al reducir la tensión física, todo lo cual contribuye a desestresarnos. Nos sentimos más tranquilos, más ligeros y más claros.
Las posturas de yoga para combatir la ansiedad y depresión
En tu próxima práctica en casa, o incluso después de una práctica en tu estudio habitual, intenta incorporar algunas de estas posturas a tu rutina habitual:
POSTURA DE LA MEDIA LUNA (ARDHA CHANDRASANA)
Centrarse en la estabilidad en las posturas de equilibrio, especialmente en las más complejas como ésta, ayuda a alejar la atención de la mente y a centrarse en el cuerpo. También es una postura de apertura del corazón que abre el chakra del corazón y promueve el amor propio y la compasión. Cuando se está deprimido, la tendencia natural del cuerpo es encorvarse, así que esta postura funciona en sentido contrario y nos abre a recibir más energía y formas de pensar positivas.
PIERNAS CONTRA LA PARED (VIPARITA KARANI)
Esta es una postura profundamente relajante que puede ser especialmente eficaz para relajarse antes de acostarse. Esta asana también es ideal para el insomnio y los trastornos del sueño, que suelen ser síntomas de depresión, ansiedad y estrés. Ayuda a promover la relajación a través de la reorientación de la circulación del cerebro y activa la respuesta de relajación.
POSTURA DE CABEZA (SIRSASANA)
La habilidad de preparar y mantener esta postura requiere un cierto nivel de concentración, que aleja la atención de la mente y la lleva al cuerpo físico. También inunda el cerebro de sangre fresca y oxígeno y, por supuesto, fortalece el cuerpo, lo que puede contribuir a una sensación de autoestima.
POSTURA DEL NIÑO (BALASANA)
Esta clásica postura de descanso es inmediatamente tranquilizadora y es una de las formas más rápidas y efectivas de sentirse enraizado y centrado. La concentración en la respiración puede ser muy tranquilizadora y el requisito de bloquear los estímulos externos permite al cuerpo desprenderse de los pensamientos ansiosos. La Balasana también abre la espalda y la cadera -dos zonas en las que muchas personas cargan con emociones negativas- y permite que la energía estancada vuelva a fluir.
GUERRERO 2 (VIRABANDHRASANA II)
Sólo su nombre, Guerrero 2, invoca una sensación de fuerza. También requiere un cierto nivel de concentración que puede hacernos sentir fortalecidos e identificados con algo más allá de los sentimientos de malestar que son sintomáticos de la depresión y la ansiedad.
El yoga funciona muy bien para aquellos momentos en donde nuestra mente se encuentra bajo gran estrés y llena de confusión, todo esto provoca malestar en nuestro espíritu. Por lo que su práctica nos puede beneficiar a nivel físico y mental.