Con la siesta se produce un pequeño descenso de la fatiga y el estado de alerta a primera hora de la tarde (alrededor de las 13 horas). Junto con la presión del sueño que se ha acumulado desde la mañana, ¡es el momento ideal para hacer una pequeña siesta!
Evita dormir la siesta demasiado tarde o por la noche. Si se reduce la presión del sueño demasiado tarde, puede resultar más difícil conciliar el sueño por la noche y afectar a la calidad del sueño nocturno.
Entender tus patrones
La siesta puede ser beneficiosa para la mayoría de las personas, especialmente cuando el sueño nocturno es insuficiente para mantener el estado de alerta y la vigilia de calidad durante el día. Una siesta bien planificada también puede aliviar el cansancio que pueden sufrir los trabajadores nocturnos, los viajeros que cambian de zona horaria, los conductores que realizan viajes largos (en coche, camión, barco, tren o avión) o los padres con niños pequeños.
Por último, el momento ideal y la duración óptima de la siesta son variables y dependen de los hábitos de sueño, así como del perfil cultural, fisiológico y genético de cada individuo. Por lo tanto, se recomienda probar diferentes horarios y duraciones de la siesta y anotar cómo se siente al despertarse para encontrar la duración perfecta para ti.
Incluso puedes llevar un diario de sueño durante algún tiempo para entender tus patrones y necesidades de sueño, encontrar el momento ideal del día para tu periodo de descanso y hacer un seguimiento de tu nivel de energía en los días de siesta y no siesta.
Cómo calcular su tiempo de sueño ideal
Basándose en los 15 minutos antes de dormirse, he aquí una forma de calcular la hora ideal para irse a la cama según los sitios web. Si quieres levantarte a las siete de la mañana, debes acostarte a las 10, a las 11:30, a la 1 o a las 2:30 para respetar los ciclos de sueño de 90 minutos que se renuevan varias veces durante la noche.
Ir a la cama cuando se tenga sueño y no porque se «tenga que» ir a la cama, como después de quedarse dormido en el sofá. Para ello, se aconseja hacer un ejercicio diario de sueño durante al menos 15 días, idealmente un mes.
Para ello, debes llevar un registro de la hora a la que te duermes y te despiertas, incluso los fines de semana. A partir de estos datos, puedes calcular tu tiempo de sueño diario haciendo una media de 15 días o un mes.
En conclusión
En resumen, todo el mundo dirá que la mejor hora para irse a la cama varía de una persona a otra. Pero también que conciliar el sueño depende de un equilibrio entre el último episodio de sueño y la actividad de nuestro día.
Por lo tanto, los numerosos estudios sobre el sueño sólo pretenden informar y sensibilizar de manera general. El riesgo es, efectivamente, la interpretación que se puede hacer de ellos, que puede fomentar creencias erróneas sobre el propio sueño, como creer que si no se duerme 8 horas, no es normal.