El motor de arranque es una parte humilde pero esencial en los motores a combustión. Como bien indica su nombre, su función principal es de hacer arrancar el motor a combustión, de allí que es una pieza clave en los vehículos diesel y gasolina. Es el encargado de poner en funcionamiento los componentes cinemáticos del motor; quienes después operarán de forma autónoma.
Una historia interesante
El origen del motor de arranque se remonta a la génesis misma de los coches y ha evolucionado de forma drástica con el paso del tiempo. Actualmente el sistema funciona por medio de la electricidad a través del giro de la llave, que hace posible que la energía eléctrica de la batería se transforme en energía cinemática y así pone en marcha el cigüeñal.
No obstante, al inicio no era así. Este proceso se hacía de forma manual mediante una palanca que comúnmente estaba acoplada en el frente del vehículo. El conductor se encargaba de girarla hasta que el motor se pusiera en marcha. No fue sino hasta 1911 cuando General Motors patenta el encendido eléctrico comenzando su producción en serie.
Señales de avería del motor de arranque
Cuando el motor de arranque empieza fallar por lo general produce ciertos síntomas o señales que advierten al dueño. Algunos de estos podrían confundirse con problemas con la batería ya que se parecen bastante, de allí que sea indispensable en primer lugar comprobar si la batería del coche está en buen estado.
Un primer síntoma sería escuchar ruidos al hacer girar la llave para que el motor arranque o justo después de que se lleve a cabo el arranque en sí. Un segundo síntoma es que, al girar la llave, el automóvil no arranque al primer intento, sino que hay que darle varias veces (esto podría acentuarse en la época de mucho frío).
El motor de arranque es una pieza que se desgasta con el paso del tiempo. A fin de detectar el origen del mal funcionamiento hay que entender que pueden ser varios los elementos que estén originando el problema. El más habitual de todos son las escobillas que suelen desgastarse por completo cada 150,000 km.
Otra pieza fundamental del motor de arranque que suele fallar producto del desgaste es la corona. También puede haberse acumulado demasiado sucio en el rotor lo que imposibilite girar a la velocidad necesaria para poner en marcha el vehículo.